La increíble historia del único chileno goleador de un Sudamericano SUB 20

Esta es la historia del único chileno en ser goleador de un Sudamericano Sub 20 y el mismo que supo ser el primero en marcarle un gol al Real Madrid, en la época en que los blancos no perdonaban ni en amistosos. Un jugador para los libros de historia; acomódese y disfrute.

Una entrevista de Inexorable Fútbol @inexorable.futbol

Jaime Bravo (78) es una persona tranquila. A pesar de haber formado parte del que probablemente es el mejor Colo-Colo de todos los tiempos, y haber compartido cancha con talentos de la talla de Elías Figueroa, Francisco “Chamaco” Valdés y el mismísimo Edson Arantes Do Nascimento, “Pelé”, su humildad y buen trato asombran.

Retirado a temprana edad para poder seguir una carrera como profesor de Educación Física, y habiendo considerado ingresar a estudiar Periodismo luego de un par de desencuentros con el gremio mientras era jugador del “Cacique”, jugó fútbol hasta casi los 60, pero hoy lo consume habitualmente en TV y ávidamente en radio, donde le gusta escuchar a Pedro Carcuro.

Como jugador, se define como “un delantero diferente, solidario”, de esos que hoy parecieran estar lentamente extinguiéndose en el fútbol moderno. Esta es la historia del único chileno en ser goleador de un Sudamericano Sub 20, y el mismo que supo ser el primero en marcarle un gol al Real Madrid, en la época en que los blancos no perdonaban ni en amistosos. Un jugador para los libros de historia; acomódese y disfrute.

Inexorable Fútbol: Don Jaime, muchas gracias por su tiempo. Partir preguntándole, ¿cuál fue el aporte a su carrera el haber sido goleador del sudamericano sub 20 del año 64?

Yo fui toda la vida bajo perfil y soy, por lo que no le di la importancia que debí haberle dado y por la sencilla razón que yo fui un deportista de sacrificio, un deportista que privilegiaba por sobre lo individual, el trabajo de equipo. No me esperaba eso, fue como una sorpresa para mí. De hecho yo no era goleador; en Colo-Colo estaba Juan Soto, estaba Álvarez, yo era más armador. Mi ídolo era (Franz) Beckenbauer y eso que yo lo veía “de lejos o más”, pero eso era lo que me gustaba a mí, la creación en la cancha. Esto fue fortuito, pero sin duda me llenó de orgullo y satisfacción, pero no fue mi objetivo, mi objetivo era ser un jugador más del equipo y bueno, fui premiado. Fue un premio pero “grandote”, porque es un privilegio haber logrado algo que no estaba ni dentro de mis planes. Y me encontré con esta cosa que fue media fortuita, se me dio en el momento, no en cuanto a los goles, porque yo trabajé como loco en las peores canchas… Ahí en Quinta Normal, con formadores que lo ayudaron a uno, eran horas y horas dándole en el barro, zapatillas embarradas… Eso se trabajó. Nunca fallé a un entrenamiento. Llegaba una hora antes, lo mismo que hice como profesor toda la vida.

IF: ¿Cómo describiría esa selección de 1964 en líneas generales?

Primero en lo humano muy solidario. Eso tuvo que ver mucho con Washington Urrutia que era el entrenador y a Sergio, que era el ayudante… Don Washington era como milico y era de pocas palabras pero se hacía entender y eso nosotros lo captamos “al tiro”, cuando un entrenador quiere que las cosas sean derechita. Culminamos toda la parte preparación en el Tabola, ahí hicimos una concentración de como una semana para afiatar mas aún lo que se llevaba meses trabajando. Trabajamos harto y duro, pero ahí terminamos de afiatarnos. Así que tuvo mucho que ver los entrenadores o el cuerpo técnico en general y todos los que estábamos ahí con el mismo objetivo, cumplir y hacer las cosas bien, sin sacar ninguna ventaja de nada, al contrario, solidarios totales.

LA NUEVA GENERACIÓN, LOS REPRESENTANTES Y LOS DTS ARGENTINOS

IF: ¿Cómo ha visto a la nueva generación de la Sub 20?

Para serte franco no he seguido su trayectoria, por razones obvias. Ahí yo creo que el periodismo debería estar más cerca siempre, para ilustrarnos a nosotros los que estamos afuera. Yo para emitir un juicio de un chico tengo que conocerlo, verlo y la mala cuea (sic) que ahora incluso, con la pandemia, se perdió un trabajo de una generación entera, donde hay seguimientos y un montón de cosas. Pero hay que dar un viraje yo creo, en cuanto a planes y con la pandemia no se podía, pero hay que buscar la fórmula y Dios quiera que no haya otra pandemia más adelante y tener un trabajo en base a un seguimiento tremendo como lo hace Católica que tiene esa tremenda virtud que hacen un trabajo muy planificado y no se salen de ahí. (Néstor) Pekerman, por ejemplo, revolucionó a Colo-Colo. Le dio una seriedad al trabajo nuestro que ya venía bien. Nosotros trabajamos con libros de clase de colegio, él aceptó lo que teníamos nosotros más todo lo que trajo él. Nunca se ha trabajado como se trabajó con él ahí. No conozco otra fórmula que te lleve o asegure un rendimiento bueno y de ahí hay que pensar para arriba. Tiene que ser de bueno para arriba. Siempre gira a Europa; se iba a jugar al campeonato de Francia todos los años, recuerdo, Católica lo hace, desde hace un montón de años. Todas esas cosas están ayudando y yo le deseo lo mejor a todos estos chicos porque ellos se lo merecen y yo sé dónde quieren llegar ellos, aunque a veces se pierden un poquito porque tienen al lado de ellos a un representante y el peor representante es el papá o la mamá, apuran donde no hay que apurar y es al revés. Hay que centrarse de forma muy sabia y ojalá dejando a los que saben. Déjenlos que ellos influyan, porque a los chicos tú los ves después y lo primero que hacen se compran un auto, se desubican solos, pero eso es culpa de nosotros los formadores… De saber cuándo un futbolista va a hacer cosas que no las hacen todos. Eso es en lo que hay que tener más cuidado y llevarlo con pinzas, de a poquito y van a llegar lejos. El talento no se compra, en cualquier deporte y cualquier actividad.

IF: ¿Qué elementos cree que le podrían nutrir a los entrenadores actuales del fútbol joven en Chile?

Lo primero la experiencia de ellos mismos. Varios tienen todo un recorrido y toda una trayectoria y que buena que se nutra el campo formativo de gente como ellos. Al “Huaso” Álvarez lo conozco, fui compañero de su papá en Colo-Colo. A toda la gente que trabaja en Católica que en verdad me saco el sombrero con ellos, son todos intachables. Que ellos estén ya te asegura que va todo caminando por buen riel. Veo que ellos también se perfeccionan, en la época mía muy pocos o algunos irían a Europa, con el propósito no de cadete si no de formar y luego escalar, esa es la realidad, no puedo hacerme el “tonto”. Ahí ellos iban a intentar pegar saltos rápidos y eso es lo peor que le puede pasar a un técnico porque la idea es quemar etapas, como en cualquier actividad de la vida, si tú vas quemando etapas vas a ser un hombre más fiable, te va a ir mejor.

IF: ¿Cuál cree que puede ser una de las razones por las que salen más defensas, volantes, arqueros que delanteros hoy en Chile?

Junto con los porteros, los delanteros son la parte más difícil de encontrar y también los creadores, aunque ya están casi desaparecidos en el fútbol. A veces sale uno que tenga talento y hay que agregarle un par de cositas y métele que se ven re pocos y formar delanteros ya te digo que es más difícil porque mira las bestias que salen del otro lado (Sudamérica). Son tremendos jugadores y acá estamos limitados en la parte física. Analiza a la mayoría de nuestros delanteros: Brereton no se formó acá tampoco y tiene un físico más o menos apto para el fútbol europeo. Esas son las cosas que hay que analizar cuando se hace la selección de los chicos. Aunque no nos guste hay que ver la genética que tienen. Eso te va ayudar a ver si va a tener una buena contextura física y por el momento no se ha dado y el físico del jugador nuestro es de altura media y tú ves los partidos de Europa, hasta los de segunda división o tercera, no te digo que sean talentosos pero para empezar a competir tienes que tener por lo menos ese físico, es algo que no lo puedes dejar de lado.

IF: ¿Qué jugador cree que puede ser el líder del recambio de La Roja?

Una nueva generación dorada ya está a la vista que no se dio y cuando viene una fuerte se da con nombres en una lista larga como Vidal, Medel, jugadores que ya vinieron y no se ha visto eso todavía. Pero, si bien es cierto hay varios que han jugado ya varios partidos, aún no se ha visto un talento deslumbrante… No hay que ser muy sabio para verlo, pero hay que tener un poquito de suerte de que toque. Por ejemplo, la generación de Sulantay, que le fue fantástico, vino uno de Tocopilla, uno de allá otro de por acá y míralos. Eso no se da todos los días. Hay que detectarlos bien y después todo el trabajo que hay que hacer, es algo muy finito el tema de la formación y a donde uno espera que lleguen, y ahí tiene que ver mucho tanto el formador como el medioambiente que tienen. Papás que no se las den de formadores y que no pidan lo que no deben pedir metiendo la cabeza. Eso fue un tema de mi trabajo diario en la parte formativa y había que tener harto pino para tratar con los padres, porque eran potenciales entrenadores y todo, y “los que estábamos a cargo no sabíamos nada”, según ellos. Había que tener un tacto tremendo para ganarte a este entrenador sin título que era el papá y mantenerlo con el chico, y después vienen más en broma los representantes que quieren hacer crecer la fuerza de los jugadores y eso no es así. Todo tiene su momento, todo el proceso debe ir paso a paso y no debe saltarse ninguno.

IF: ¿Qué opina del modelo formativo instaurado por Marcelo Bielsa desde sus comienzos en Newell’s?

Bielsa hizo eso en Argentina, donde ellos han sido prodigios en cuanto a sacar cabros buenos pa’ la pelota. Jugadores de primer nivel. Hay que sacrificarse. A lo mejor no sacaremos jugadores como lo hizo Bielsa con Pocchettino, porque por físico estamos complicados, pero hay que luchar y tratar de enmendar. Bielsa fue extraordinario, aunque no solo él lo hacía, lo hicieron varios más en Argentina. Anticipando al rival (para captar jugadores), estando al lado. Los argentinos son apasionados por el fútbol. Ellos compiten y eso les da un plus, eso tiene su beneficio. Pekerman nos contaba a nosotros, siendo muy humilde, nos contaba a modo de anécdota que cada vez que iba con su señora Matilde a un café pedía una mesita en el medio y lo primero que hacía era parar la oreja, porque no te imaginas lo futbolizado que es ese país (Argentina), que en cualquier momento vas a aprender algo nuevo. Y es verdad. Pueden ser medios cachetones, pero que tienen manejo de futbol lo tienen y de sobra.

EL GIGANTE REAL MADRID EN SU CAMINO Y SU SOCIO CHAMACO

IF: ¿Cómo fue la experiencia de anotarle al Real Madrid y de ver a leyendas del fútbol mundial en la misma cancha que Colo-Colo?

Ese partido lo tengo grabado pero a fuego. Fue el año 1965 para un aniversario de Colo Colo. Antes de los diez minutos, un tremendo jugador que jugaba en Colo-Colo, como era Francisco “Chamaco” Valdés, me dejó dos veces solo con el arquero, un uruguayo que no recuerdo su apellido. Cuál fue la gracia de Chamaco, que los dos pases vinieron de mitad de cancha y con las dos piernas (izquierda y derecha), y ahí me cuentan que claro yo hice el primer gol en la historia del fútbol chileno al Real. Íbamos 2 a 0 abajo, luego 2-1, después 3-1, 4-1 y ese partido termina 4-2, pero ya te digo antes de los diez minutos dos veces me dejó solo Chamaco. Así que lo tengo grabado a fuego porque podríamos haber dado el zarpazo del puma imagínate… El Real Madrid a estadio lleno y que hacía una gira por Sudamérica. Bueno en ese tiempo ya no estaba Di Stefano ni Puskas, pero era el Real Madrid. Estamos hablando de que a los equipos argentinos, brasileños, los pescaban y les ganaban por goleada. Pero yo qué me iba a enterar en ese tiempo si no tenía ni idea, en ese tiempo no se llevaban estadísticas ni esas cosas como se hace ahora (de los goles de los chilenos).

IF: ¿Con qué jugador se identifica en tanto a juego?

Yo no era centrodelantero típico, amaba más el tema de armar el juego, recogido pero con llegada arriba. No se me olvidaba nunca que allá arriba había que machacar y se machacaba. Podría ser Eladio Zárate, uno que jugó en Unión Española que se recogía bien y que hacía goles. No jugaba metido en el área si no que venía de atrás. Podría ser ese tipo de jugador. Yo en el caso mío tenía toda la suerte de compartir con grandes jugadores. Les conté el caso del Real Madrid antes de los 10 minutos con Chamaco, pero resulta que Chamaco tuvo un maestro al lado que fue Enrique Hormazábal, el famoso ‘Cua Cua’, jugador de barrio que, cuando venían los argentinos de la selección de Rossi que era el capitán, un hueón de dos metros, preguntaba en el aeropuerto ¿y juega Cua Cua? (risas). Aparte de buen jugador, era raspador y siendo relativamente bajo, pero guapo. Por eso es que mi ídolo también fue Leonel Sánchez, por lo guapo. Él pegaba. A Leonel yo lo admiraba; admiraba a todos esos compadres como un hincha común. Cómo no te va a gustar un hueón que siempre estaba luchando todas con personalidad. Le hizo un gol de tiro libre en el Mundial a uno de los mejores arqueros del mundo, la ‘Araña Negra’ Yashin. Tenía un pencazo al pegarle. Era formado como los mineros como digo yo. Las canchas eran horribles en la época. Uno se caía al suelo y quedaba más herido. Eran muy malas las canchas.

IF: Bueno, don Jaime, ya para cerrar, ¿qué mensaje le daría a las generaciones actuales y futuras del fútbol chileno?

Que sean seres humanos normales, eso es lo primero. Que vivan con su entorno, sean felices, con su familia, amigos, y que no se aparten nunca de ahí y sean buenos. Buenos ciudadanos, sean buenos en todo el sentido de la palabra. Y lo otro, no andar solo. Un chico que vaya por ahí caminando acompañando por la vida, va a tener compañeros que lo van a querer, va a tener todo un entorno que lo va a querer y lo otro viene solo. Que le pongan empeño a todo, porque no hay nada más lindo que luchar por algún sueñito, el que sea. En el caso mío fue llegar a jugar y mira, me siento feliz de haberlo logrado. Mi paso por el fútbol fue cortito, pero conseguí hacer carrera. Logré jugar hasta los 60 años casi. Que les vaya bien nomás y que sean felices. Esperemos que vengan alegrías.